Hace unos días, un empresario me compartió una historia que me dejó pensando. Su negocio estuvo a punto de irse al traste debido a un evento imprevisto. Pero hubo algo que salvó a su empresa: la gestión de riesgos. ¿Te has preguntado alguna vez cómo un sistema de gestión de calidad podría ser la armadura de tu negocio? Si es así, sigue leyendo.
¿Qué es exactamente la gestión de riesgos?
La gestión de riesgos, a menudo vinculada con la gestión de calidad, es un proceso que permite a las empresas identificar, evaluar y priorizar riesgos. Una vez identificados, las empresas pueden aplicar recursos para minimizar o controlar la probabilidad de eventos negativos.
¿Cómo se relaciona con la gestión de calidad?
La gestión de calidad es un enfoque que busca mejorar continuamente los procesos y productos de una organización. Una de sus ramas es precisamente la gestión de riesgos. Siguiendo estándares como ISO 9001, se establecen medidas y procedimientos que ayudan a prevenir problemas antes de que surjan.
Beneficios de la gestión de riesgos en tu negocio.
- Previsión: Te permite anticiparte a eventos adversos.
- Mejora del negocio: Implementar estrategias de gestión de riesgos puede llevar a mejores decisiones y a una optimización en la productividad.
- Confianza: Saber que estás preparado para enfrentar adversidades da tranquilidad a los stakeholders.
Pasos básicos en la gestión de riesgos.
- Identificación: El primer paso es reconocer los riesgos. Suena simple, pero requiere un análisis profundo de tu negocio.
- Evaluación: Una vez identificados, es crucial determinar cuán probables son estos riesgos y qué impacto tendrían.
- Mitigación: Aquí es donde entran en juego estrategias para reducir la probabilidad o el impacto de los riesgos.
- Revisión: Al igual que en la gestión de calidad, es vital revisar y ajustar regularmente las estrategias de gestión de riesgos.
Conclusión
Al recordar la historia del empresario, queda claro que un buen sistema de gestión de calidad, incluida la gestión de riesgos, puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. Si deseas que tu negocio esté preparado para enfrentar desafíos y aprovechar oportunidades, considera invertir tiempo y recursos en entender y aplicar estas prácticas.
