Cada negocio, sin importar su tamaño o industria, posee procesos intrínsecos que rigen sus operaciones diarias. Estos procesos, desarrollados a lo largo del tiempo, pueden ser el resultado de prácticas heredadas, adaptaciones rápidas a desafíos o decisiones estratégicas. Sin embargo, ¿son realmente eficientes? ¿Están alineados con estándares de calidad?
La evaluación inicial de los procesos es el primer y esencial paso en la implementación de una gestión de calidad efectiva. Esta evaluación proporciona una visión clara del estado actual de los procesos y destaca áreas de mejora.
¿Por qué es esencial una evaluación inicial?
1. Identifica brechas y oportunidades: Permite descubrir áreas donde los procesos pueden no estar cumpliendo con los estándares de calidad deseados.
2. Proporciona un punto de referencia: Ofrece un «antes» contra el cual se puede medir el progreso y el impacto de las iniciativas de calidad.
3. Involucra a los stakeholders: Al evaluar los procesos actuales, se involucra activamente a los stakeholders, promoviendo un sentido de propiedad y compromiso hacia la mejora.
Realizar una evaluación inicial requiere de una mente abierta, una disposición para el cambio y herramientas adecuadas. Puede ser tan simple como una lluvia de ideas con el equipo o tan compleja como una auditoría completa realizada por expertos externos. Independientemente del método, el objetivo es claro: comprender el estado actual para trazar un camino hacia la excelencia en calidad.
En nuestro próximo articulo: Definición de objetivos de calidad: ¿Cómo trazar el camino hacia la excelencia? Descubre en nuestro la importancia de definir metas claras y alcanzables en tu camino hacia la gestión de calidad superior.